La madre no solamente representa la vida. Ella fue nuestro mundo durante nuestros primeros meses de vida. Nos dio su calor, alimento, seguridad y amor. Antes de nacer, ya teníamos establecido un vínculo con ella. Después de nacer, ella siguió siendo nuestra unión con el mundo, y la relación más importante en nuestros primeros años de vida.
Al sanar y mejorar la relación con nuestra madre, mejoramos también muchos otros aspectos de nuestra vida: las relaciones en general, y con la pareja e hijos de manera particular, la profesión, la abundancia, el éxito, el dinero, la salud, nuestra relación con la comida, etcétera.
El primer y decisivo éxito para nosotros fue nuestro nacimiento. Lo logramos de la mejor manera y la más amplia cuando debimos salir a la luz por nuestros propios medios y el nacimiento ocurrió sin intervención externa. Aquí debimos demostrar por primera vez nuestra capacidad de imponernos. Este éxito seguirá repercutiendo por el resto de la vida. De esa experiencia obtenemos la fuerza para más tarde poder imponernos con éxito.
El 20 de Octubre, en Vitoria-Gasteiz, tienes la oportunidad de trabajar y sanar asuntos pendientes en el vinculo con tu madre, en un taller de Constelaciones Familiares con el apoyo de Somatic Experiencing.
HORARIO: DE 10 A 14 Y DE 16 A 20H.
APORTACION: 85€
INFORMACION E INSCRIPCIONES: 659.42.59.01 (Violeta)
LUGAR: CASTILLO DE QUEJANA, Nº9, SALA 15. VITORIA-GASTEIZ
Puedes practicar con este ejercicio que propone Bert Hellinger.
Cerramos los ojos e imaginamos que nuestra madre se encuentra a unos diez pasos de distancia. La miramos a los ojos y conectamos visualmente con ella (si nuestra madre ya falleció, realizamos el ejercicio igualmente, imaginándola). La imaginamos mirándonos con amor, y avanzamos paso a paso hacia ella, muy lentamente, sin perder el contacto visual. Un paso, otro paso..., vemos hasta dónde podemos avanzar.
Puede que durante el camino surjan enfados, reproches, imágenes negativas del pasado, de aquello que me hizo o que no me dio. Puede que me quede parado y no sea capaz de dar un paso más, pero ahora soy adulto/a, y tengo la capacidad y la voluntad de seguir hacia adelante, y superar esas dificultades que en su día no pude superar. Lo que ella me dé ha de ser suficiente para mí. Lo que no encuentre en ella, lo buscaré en la vida.
Y voy avanzando. Quizá puedo llegar hasta ella, abrazarla y tomar todo lo que ella me da. Quizá no llego y me quedo en el paso 4, en el 6. No importa, no me voy a juzgar. Si me quedo por ejemplo en el paso 6, soy consciente de que tengo un camino avanzado, aunque todavía he de trabajar un poco más en mi unión hacia ella.
Puedes hacer el ejercicio las veces que quieras. Es una toma de concencia de donde estas en cada momento.
Suerte!
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