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TOMAR AL PADRE


Bert Helliger ha sido claro al decir que al padre se le toma a través de la madre, es la madre la que dá el permiso para tomar al padre. La relación madre e hijo se dá desde la gestación y hasta los primeros 12 años de vida del hijo, él está contenido por su madre y lo que implica la energía femenina que lo mantiene cerca del sistema familiar y sistémicamente hablando, estar cerca del sistema familiar significa que está rodeado, protegido por todo lo que ayuda a mantener la vida, es decir, se siente a salvo. 



se involucre la fuerza de la energía masculina,

que es primordial para salir al mundo,


Se puede decir que la madre es la guardiana de la supervivencia, la protección y el cuidado  del hijo, y el padre es el encargado de darle la libertad, la dimensión espiritual y transcendental.


Entonces lo que una madre puede hacer en ese momento de la vida de un hijo en el que necesita iniciar su independencia emocional, es demostrarle que así como ella puede ver a ese padre con amor y ver en él un hombre con un linaje masculino fuerte, donde no solo está él sino todos sus antecesores. De esa forma el hijo o la hija, pueden ir hacia el padre con fuerza.


"Para que el hijo se fortalezca, necesita reconocerse en su padre y en sus ancestros. Asi gana la fuerza que necesita para ir al mundo y a la vida"



Lo que comunmente sucede es que la madre no está en disposición de entregarle el hijo al padre, puede ser por alguna historia de dolor que hace que una madre no dé el permiso e impide hacer el movimiento de toma del padre y por ende, el hijo tampoco puede hacer este movimiento. Desde el punto de vista de los hijos cuando este movimiento o este paso no se dá, lo que le ocurre al hijo es que es difícil ver al padre y entra en conflicto, se siente dividido o termina por revelarse contra su madre.


No importa lo que yo como madre de mi hijo pienso del padre, si es o no adecuado no importa, lo claro que debo tener es que ese es el padre de mi hijo y sin él no hubiera podido ser madre de ese hijo y la fuerza que él necesita para afrontar la vida viene de ese hombre que yo escogí, no puede haber otro.



Con nuestro padre, tomamos toda aquella energía del mundo exterior, es la energía que nos hace ir hacía afuera, hacía el logro de nuestras metas, hacía los objetivos que nos trazamos en la vida; es esa energía que viene de nuestro padre la que nos ayuda a poner limites en todos los ámbitos de nuestra vida. Cuando solo tomamos a nuestra madre, hay soledad y aislamiento.


"El padre es quien empuja para ir hacía el mundo con fuerza y seguridad."



Tomar al padre implica, igualmente que como con la madre, tomarlo como es, sin juzgar, porque cuando lo juzgamos perdemos la fuerza que viene él. Lo que hay que hacer es pararse en el aquí y ahora, desde el adulto y asentir al destino colectivo y familiar, haya sido como haya sido.

No nos compete valorar como han actuado los padres.



¿QUE SUCEDE CUANDO TOMAMOS AL PADRE?



Tenemos la fuerza para tomar decisiones.

Logramos trazarnos objetivos y metas y alcanzarlas.

Sentimos autoestima, estamos agusto en nuestra piel.

Hay paz mental, claridad intelectual.

Hay tranquilidad e impulso a la acción

Tenemos la capacidad de conocer y poner limites.

Podemos asumir con fuerza las tareas que nos trazamos

Sentimos la realización profesional

Conectamos con el maestro interior. 



DESORDENES RELACIONADOS CON NO TOMAR AL PADRE


Cuando es la madre la que no está presente, la persona toma el lugar de la madre, convirtiéndose en la pareja del padre, o viceversa por lo tanto, le será más difícil conseguir pareja y hacer su propio sistema.


Ante una madre a la que le faltó su mamá: la hija termina tomando el lugar de la abuela materna y se convierte en la mamá de su mamá, se transforma en la grande de la relación.Se le puede dificultar llegar a ser madre.


Cuando a un padre le ha faltado su papá pueden presentarse situaciones de adicciones (ALCOHOL, DROGAS, LUDOPATIA). En el alcoholismo, por ejemplo, lo que se vé es que el hijo dice: “Papá, con cada trago te siento aquí conmigo”.


Ante la muerte de la mamá (sea cual sea la edad y la circunstancia), el hijo o la hija pueden desear acompañar a mamá en la muerte. Igualmente puede pasar con el padre. Es lo que Bert Hellinger indica como jalón de muerte. El hijo o hija, apaga su vida, le cuesta más ser feliz, le cuesta disfrutar de la vida.

 

El 1 de Diciembre, en Vitoria-Gasteiz, tienes la oportunidad de mirar e indagar que situaciones o dificultades han afectado en la relación con tu padre, y sanar y resolver aquello que está en desorden. Comprender, tomar consciencia y colocarte en el lugar que te corresponde, te permite re-conectarte con la presencia, la fuerza, la capacidad, la toma de decisiones, la claridad mental, la autoestima y la realización profesional.


Inscripciones:  659.42.59.01 (Violeta)



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